"Ya no es sostenible", está es la conclusión a la que han llegado tanto Youtube y Twitch en cuánto a su guerra de contratos millonarios que ofrecían a los streamers, con esto sacan bandera blanca y dan fin a su guerra por fichar a los creadores de contenido.
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A esto se ha sumado Kick, la bebé de las plataformas de streaming, la estrategia consistía en fichar a un creador de contenido ofreciéndole un contrato de mucho, mucho, muuuuuchisimo dinero para que de manera exclusiva transmita únicamente en la plataforma de quién le paga.
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Actualmente Twitch, la propiedad de Amazon, es la plataforma número uno del mundo en cuanto a popularidad, por su parte Youtube es la plataforma más veterana en el mundo del "streaming".
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